De la manera en que me adentro a la historieta y a la búsqueda de mi propio lenguaje en este medio. Que es el comic o la revista, son la revista o el fanzine undergraund.
Que llegaron a mi desde pequeña, revistas de un formato por decirlo de alguna manera más casera o con otros tipos de impresión que andaban dando vuelta por la casa. Estos dibujos disparatados, amorfos que salían de las estructuras convencionales que eran las imágenes de las revistas, irrumpian con su lenguaje, de dibujos grotescos, poesía filtrada entremedio, collages, comic con viñetas no lineales.
Este afán por buscar este tipo de imágenes, de historias y relatos comenzó a ser en mi como un germen que cada vez se expande más, dónde necesito ver y ondear en diferentes revistas o archivos alguno de estos referentes extraviados y marginados de la historia del arte.
Para ello revise en las revistas de la casa, revistas que circulaban en Chile después de dictadura, por colectivos y amigos que juntan sus dibujos, sus relatos y editaban estás revistas.
Una de ellas era Matucana, revista que se originó en el espacio Matucana 19, que era un espacio de contracultura dónde circulaban escritores, cineastas, dibujantes, artistas y experimentaron nuevas formas de hacer contra información con relatos que eran germen de transformación para lo que era la comunicación restringida de la dictadura y su huella terrible.
Dentro de revista encontré al dibujante Clamtom, Claudio Galleguillos, historietista chileno, que ilustraba realidades imaginarias, de una naturaleza amorfa, microscipica dónde lo vegetal era parte de los seres distorsionados que el creaba, una afán con lo biológico y los guiones de sus viñetas eran poesía, entre marciana y existencial.
De este modo comencé a adentrarme en un mundo que me hizo de alguna manera devolverme en el tiempo y tener la necesidad de plasmar mis dibujos o ideas de esta forma, descompuesta en historia, mezclando la escritura con los trazos, con el dibujo, de que esos seres inventados se arranquen de los márgenes y se adueñen del formato.
Junto con esto me doy cuenta que para poder liberarme en este medio debo desaprender lo que paralelamente estoy aprendiendo en la institución. Todo lo que tenga que ver con composición me ayuda, pero la adoptar lo que me sirve, por qué puedo ver qué mi manera es rígida o temerosa, en dónde está la inquietud de soltar la mano, de soltar el tiempo instantáneo en el que vivo y volver a un método análogo que me permite poder expresarme con su totalidad.
Dentro de la búsqueda fui pillando diferentes materiales en torno a los cómic undergraund en Chile, adjunto un vídeo pillado recopilatorio.
https://youtu.be/BHfq42wgVQ0?si=Kt_OaQI1GksZmRb1
Otra revista que me marco en el imaginario desde pequeña fue la revista Kiltraza, que era una revista que sacó un colectivo, un grupo de amigos de la época en los 90, editando algunos ejemplares, experimentando el comic, la gráfica, el collage y la historia del arte, participando diferentes artistas.
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